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Acaba de salir a la luz De donde son las voces, libro que, en el verano de 2007, valió a Dolors Alberola el premio Pastora Marcela, uno de los decanos de la poesía española, que convoca el Ayuntamiento de Campo de Criptana. La cervantina villa de los molinos, en el corazón de La Mancha, fue testigo el pasado año del brillante acto literario que acompaña tradicionalmente a la entrega de premios.
De donde son las voces constituye una honda reflexión sobre la esencia misma de la poesía, su origen y aun su propia presencia en una historia cuyos tiempos convergen en el hoy.
El libro, editado por la entidad convocante e incluido en la colección creada para este premio, no se promocionará hasta septiembre, pues agosto, como se sabe, es inhábil en la práctica, circunstancia que aconseja esperar. Para el próximo otoño, está prevista su presentación en Jerez.
En cualquier caso, y como el libro está ahí, hemos querido entrevistar a su autora y acercarnos de nuevo a los enigmas y entresijos de su creatividad.
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"Escribir es contar lo que sucede dentro de los ojos."

-Desde Trizas (1982) hasta De donde son las voces, que acaba de salir a la luz, median 26 años (bien rebasado, pues, el cuarto de siglo) y, salvo error de cómputo, 25 títulos en la calle (incluyendo la antología De piedra y sombra), es decir, una larga trayectoria: ¿Qué ha ido dejando en ella Dolors Alberola y qué ha obtenido a cambio?
-He ido dejando parte de mi memoria, parte de mi existencia y parte de mis sueños e imposibilidades, pero más que ir dejando, me he ido quedando en la palabra.
-Una prestigiosa especialista en literatura –me refiero a Ana Sofía Pérez-Bustamante- dijo de Ud. que vivía en permanente éxtasis poético. ¿Qué concepto de poesía se esconde tras esta frase?
-Detrás de una frase así, sólo se esconde una manera de mirar, una manera de ser, un mundo que se habita y tan sólo se transmiten sus signos, su raíz simbólica. Escribir de ese modo no es pertenecer a nada sino contar lo que sucede dentro de los ojos.

“El español terrible que acecha lo cimero con su piedra en la mano, está ahí, enorme, grasiento, pendenciero."

-La poesía española, al menos durante la década de los 90, se caracterizó, entre otras cosas, por el enfrentamiento entre dos corrientes, la poesía llamada de la experiencia y el movimiento conocido como de la diferencia, ¿cuál fue su opción?
-No creer, a la fecha de hoy, en ninguna de sus vertientes y dejo aparte calificativos; siempre opté por la individualidad.
-Aquellas aguas trajeron estos lodos, diría un aficionado al Refranero. ¿Cómo ve Ud. los lodos que fraguan los ladrillos de la poesía actual?
-Jamás vi tan gran atolladero de mentira, tanta suciedad, tanta corrupción y tanta poesía mala en los mercados. Normalmente, entro en las librerías a buscar ensayo. Ello no obsta para que siga habiendo grandes voces, las que normalmente se han tenido que labrar a fuerza de martillo y de palabra. En España sigue existiendo y flotando sobre nuestras cabezas la piedra cernudiana. El español terrible que acecha lo cimero con su piedra en la mano, está ahí, enorme, grasiento, pendenciero.
-¿Y Dolors Alberola, dónde está?
-En estos momentos casi no está, porque no sé si merece la pena seguir ofreciendo tanta sangre en un campo baldío. No está sino en la palabra y para la palabra, pero, al menos de momento, la mantiene en el reino del silencio. Quien quiera agua la busque bajo tierra.

"La poesía del silencio es para mí la más inteligente manifestación de la poesía."

-Jugando con el título del libro que acaba de salir y que, por cierto, se presentará al público en otoño, permítame una aviesa pregunta: ¿De dónde son las voces?
-Las voces, existir, existen. Qué más quisiera yo que saber de dónde manan. Ellas son de lo poco que merece la pena en la Literatura. Creo que pertenecen a su propia memoria.
-Deduzco de su respuesta una honda preocupación metapoética, que aparece en casi todos sus libros y adquiere un protagonismo total en De donde son las voces. ¿Podría hablarse, en este caso, de poesía del silencio?
-La poesía del silencio es para mí la más inteligente manifestación de la poesía. Creacional, sencilla, pero con un tramado exhaustivo de mallas filosóficas, místicas, arquetípicas, ocupa el damero de la existencia, lo elemental y lo casi imposible. Soy una gran admiradora de ese pensamiento, de esa manera de arquitectar imágenes. Aun así, mi poesía –y tiemblo con el posesivo- no se encierra en ella tampoco. No sabría organizar el pensamiento, es un ave y precisa en su movimiento el espacio de la libertad.
-Una pregunta que, con toda seguridad, le habrán formulado en más de una ocasión: ¿Quiénes son sus padres literarios? Y, si me permite el guiño freudiano, ¿los ha matado ya?
-Más que padres, tengo algún que otro amante imposible, alguna que otra voz que me motiva el corazón. Cernuda, por ejemplo, o Pizarnik. Con respecto a los padres, mi comportamiento ha sido realmente bíblico, los dejé para unir mi clamor a los amantes, me convertí en otro de ellos.

"Todo lo contrario a la igualdad no se llama feminismo ni machismo, se llama torpeza, equivocación, caos".

- Ud. salió del anonimato a raíz de ganar el premio Carmen Conde. Sin embargo, y aunque Domingo F. Faílde se refiere a lo vigoroso femenino cuando aborda su posición ante la literatura y haya escrito algún libro como Juego de damas, netamente feminista, su postura al respecto se nos antoja heterodoxa. ¿Podría aclararnos esta cuestión?
- Señor mío, ni salí del anonimato en ese día justo ni sería justo haber salido entonces. Con respecto a su otra pregunta, decirle que Juego de damas es un compendio de vidas humanas potentes, claras, útiles, sin necesidad de más adjetivo; ésa es mi visión de la mujer. O se vale o no se vale, o se participa o no se participa; la inteligencia es un arma netamente personal. Todo lo contrario a la igualdad no se llama feminismo ni machismo, se llama torpeza, equivocación, caos.
- Ni usted ni yo sabemos –imagino- el futuro de la literatura –si es que le tiene-, pero ¿cuál es el futuro literario de Dolors Alberola?
- Seguir siendo Dolors Alberola.
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Una entrevista de Jacobo Fabiani
Jerez, julio, 2008.-