Dolors Alberola nació en Sueca (Valencia), el 14 de enero de 1952. Pasa toda su infancia junto al Mediterráneo, que ha influido en su vida y en su poesía. Cursa en la capital estudios de Medicina, que abandona para obtener el título de Procurador de los Tribunales, siendo la primera mujer de aquella comunidad que ejerció dicha profesión. Desde finales de los setenta reside en Andalucía, donde ha trabajado como periodista. Vive actualmente en Jerez de la Frontera, dedicada de pleno a la literatura. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Trizas (Sueca, 1982); La quejumbrosa vida de John Stemberg (Puerto de Santa María, El Ermitaño, 1997); Cementerio de Nadas (Madrid, Torremozas, 1998), premio Carmen Conde; El medidor de cosas (Ayuntamiento de Miranda de Ebro, 1999, 1ª ed. y 2000, 2ª ed.), premio internacional Ciudad de Miranda y finalista del Premio Andaluz de la Crítica; Historias de snack bar (Jerez de la Frontera, EJE, 2000), finalista del Premio de la Crítica Valenciana; Ire(né) Lanuit (Valladolid, Editorial El gato gris, 2000); Conversaciones con Uriel, el pacificador de cosas (Cádiz, Excma. Diputación Provincial, 2001); Una nena que porta al cap un ganivet (Córdoba, Aristas de Cobre, 2001); El vagabundo de la calle Algarve (Algeciras, Fundación José Luis Cano), premio Bahía 2002; Apocalipsis Sur (Granada, Excma. Diputación Provincial, 2003), premio Villa de Peligros 2002; El último tren (Chiclana, Fundación Vipren, 2003), Cementerio de arena (Cuadernos de Orpheu, Brasil, 2003), El monte trémulo (premio Vila de Martorell, 2003), Decomo (premio Cálamo de poesía erótica, 2003), en colaboración con Domingo F. Faílde, Esa mujer de Lot (Els Plecs d’Alfons el Magnànim, 2004); Juego de Damas (Instituto Andaluz de la Mujer, 2004); Ciudad contra la lluvia (premio Victoria Kent, 2005); Acaso más allá (premio José Luis Núñez, Sevilla, 2006); El don del unicornio (premio Ernestina de Champourcín, Álava, 2006), El libro negro (Madrid, Huerga & Fierro, 2006), premio Ciudad de San Fernando; Ángel oblicuo (premio María Luísa Sierra, Bornos, 2006), Arte de perros (Jerez, EH, 2006) y El ojo y el tiempo (Madrid, Vitruvio, 2007). Una amplia selección de su obra figura en De piedra y sombra. Antología poética (1982-2006). Barcelona, Atenas, 2006. Traducida al gallego, catalán, portugués, francés, italiano, árabe, serbio y ruso, su obra ha sido recogida en diversas antologías: La palabra debida (Sevilla, Instituto Andaluz de la Mujer, 2000); Mujeres de carne y verso, antología poética femenina en lengua española del siglo XX, sel. de Manuel Francisco Reina (Madrid, Esfera Literaria, 2001); Poetisas españolas, antología general, de Luzmaría Jiménez Faro, tomo IV: de 1976 a 2001 (Madrid, Torremozas, 2002); Ilimitada voz, Antología de Poetas Españolas (1940-2002), sel. y estudio de José Mª. Balcells (Cádiz, UCA, 2003); Reinas de Tairfa. Poesía Femenina Gaditana (1982-2002), sel. y estudio de Manuel Moya (Fundación Caja Rural del Sur, Huelva, 2004) y El placer de la escritura o nuevo retablo de maese Pedro (Cádiz, UCA, 2005). Ha colaborado en la prensa literaria, revistas especializadas y numerosas publicaciones colectivas.
Se escribe para la memoria que, desgraciadamente, ha muerto –teniendo en cuenta la anulación del fenómeno tiempo, o sea, llamando “es” a lo que “será”-. Mientras no hagamos la paz y comamos del amor, el tiempo no cobrará vida y la posteridad será el infierno o la nonada que levantemos juntos. Se escribe para sabernos hombres. Se escribe para retornar al original de la imagen, para copiar al dios de cada uno, para amar con sonido, para hacer testamento y, como dijo Anaïs Nin, para exorcizar, a veces.
(Dolors Alberola)
El poeta nunca escribe su mejor poema, pero cada día lo intenta, en cada verso eleva una nueva ciudad que tampoco es la suya, busca, busca, busca, sencillamente, la utopía.